Confirman condena de 16 años de prisión a represor por el secuestro de la familia Santucho

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Carlos Antonio Espaadero fue juzgarlo por 17 hechos y condenado por el Tribunal Oral Federal 6 el 15 de octubre de 2021
Carlos Antonio Españadero fue juzgarlo por 17 hechos y condenado por el Tribunal Oral Federal 6 el 15 de octubre de 2021.

 
La Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena a 16 años de prisión a un ex agente de inteligencia del Ejército en una causa que lo juzgó por delitos de lesa humanidad, entre ellos el secuestro de la familia del entonces dirigente del PRT-ERP, Mario Roberto Santucho, en diciembre de 1975.

Se trata del ex jefe de la división “Situación General” del Batallón de Inteligencia 601 del Ejército, Carlos Antonio Españadero, según el fallo de la sal IV del máximo tribunal penal federal del país al que tuvo acceso Télam

Los camaristas Mariano Borinsky, Gustavo Hornos y Javier Carbajo confirmaron la condena a 16 años de cárcel para Españadero, quien fue juzgado por 17 casos de privación ilegítima de la libertad, tormentos y también por abuso deshonesto cometido contra María Ofelia Santucho.

En lo referido a la familia Santucho, se lo condenó por el secuestro de diez de sus integrantes entre el 8 y 9 de diciembre de 1975, mientras festejaban un cumpleaños

Españadero fue condenado por el Tribunal Oral Federal 6 el 15 de octubre de 2021, tras juzgarlo por 17 hechos, entre ellos el secuestro de los Santucho.

Delitos de lesa humanidad

Todos los delitos tuvieron lugar en el centro clandestino de detención conocido como “Protobanco-Puente 12” que funcionó bajo la órbita del área 114 de la subzona de defensa 1.1 del Primer Cuerpo del Ejército en la localidad de La Matanza, provincia de Buenos Aires.

La familia Santucho fue secuestrada cuando se celebraba el cumpleaños de uno de sus integrantes, menor de edad, en una casa del partido de Morón.

Se los trasladó al centro clandestino de detención, donde permanecieron cautivos hasta su traslado a una comisaría de Quilmes y luego a un hotel del barrio porteño de Flores.

Finalmente, la familia obtuvo asilo en la Embajada de Cuba y permanecieron allí un año hasta que se exiliaron.

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