Del río y la selva a la mesa: los sabores y la oferta gastronómica de Formosa

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El surub es un plato obligado en la lista de degustacin Foto Jos Gandolfi
El surubí es un plato obligado en la lista de degustación / Foto: José Gandolfi.

Pescados de río a la parrilla, bori borí de gallina, asado a la estaca, chipas de todo tipo, sopas paraguayas y alitos figuran entre los principales platos de la cocina litoraleña que los turistas pueden disfrutar en Formosa, que también en la gastronomía se expresa como una de las provincias de mayor biodiversidad a través de los productos que ofrecen sus llanuras, la selva y el bosque tropical.

Con una cocina que a través de los siglos fue mezclando los conocimientos de las distintas etnias guaraníes de la zona y las costumbres hispanas con frutas, carnes y verduras locales, la oferta gastronómica formoseña atraviesa las mesas de restaurantes, hoteles, bares, cantinas y hasta en puestos callejeros que parecen sostener un acuerdo tácito para “mantener viva” la cultura culinaria de la provincia.

Así, quien visite las diferentes localidades de Formosa podrá disfrutar entre sus ríos, bañados, montes verdes y lagunas de un servicio de gastronomía variado que se caracteriza por su regionalidad y comidas típicas de la zona con preparaciones basadas en harina de maíz y queso, como la denominada “sopa paraguaya” que se sirve en forma de pastel, el borí borí de gallina, que consiste en una albóndiga de esa mezcla con relleno de carne de ave.

La sopa paraguaya es un clsico de la provincia Foto Jos Gandolfi
La sopa paraguaya es un clásico de la provincia / Foto: José Gandolfi.

En tanto, las empanadas formoseñas, rellenas con charque o pescados, compiten en los menús de los restaurantes con las setenta variedades de chipá que circulan en la región, como la chipá guazú -que lleva choclo-, la rellena -con carne, verduras o jamón-, o los “frititos” de pacú, yacaré o surubi, con bastones de mandioca y escabeches varios.

Además, en cualquier esquina de Formosa el turista puede encontrar al popular chipero, con su canasta en la cabeza, para comprar un bocado y acompañarlo con el tradicional “cocido quemado”, una bebida elaborada con yerba con azúcar quemadas con un carbón.

Las principales cadenas hoteleras también ofrecen diferentes tipos de lomos como el “Lomo de mi Tierra” que consiste en un tournedo de lomo vacuno crocante con vegetales salteados y mbeyú, una tortilla de almidón de mandioca con queso.

Bori bor de gallina Foto Jos Gandolfi
Bori borí de gallina / Foto: José Gandolfi.

El surubí es un plato obligado, que después del bori bori y la sopa paraguaya no debe faltar en la lista de degustación dado que este pescado de río se puede combinar con un grillado en salsa de limón o crema limón con vegetales salteados.

Otro de los platos del patrimonio culinario local que se destacan para el invierno son el guiso formoseño, con chorizo colorado o de cerdo, y el “alito”, una comida urbana compuesta por pan de miga, pollo, vegetales y queso gratinado, entre capas de carne.

En base a esta variedad de platillos del NEA, en el polo gastronómico del Paseo Ferroviario de la capital formoseña hay locales que ofrecen esas comidas típicas, además de frito de yacaré; la picada rosaguarú -que tiene sopa paraguaya, bastones de mandioca, bolas de queso paraguayo, chori oschi (una salchicha con queso y picantes) y salsa criolla; un trago que llaman “La Siestita” y un postre con crocante, crema y mousse de mango de los árboles que crecen en el mismo predio.

Foto Jos Gandolfi
Foto: José Gandolfi.

Tanto los hoteles y restaurantes locales utilizan frutas, verduras y hasta productos cárnicos de los diferentes programas de “promoción” que tiene la provincia.

En la ciudad de Formosa, por ejemplo, existe el programa bolsones saludables o “el mercado en tu ciudad” con frutas, verduras y hortalizas, entre otros, a precios populares que llegan en su mayoría de pequeños productores de la zona.

También a través del Instituto Provincial de Acción Integral para el Pequeño Productor Agropecuario (Paippa) hay un programa de asistencia a emprendedores y pymes que ofrecen sus productos “desde la tierra a la mesa” sin intermediarios y cuyas mercaderías son esenciales para la preparación de guisos o borí borí de pollo o gallina, así como los quesos criollos utilizados para las sopas paraguayas.

Con el paladar satisfecho, la panza llena y ganas de conocer la cultura local, los “mitos y leyendas” del Litoral se manifiestan en las distintas expresiones artísticas junto a la naturaleza, que se pueden admirar en una visita al museo histórico Juan Pablo Duffard, construido en 1888 y que fue residencia del primer gobernador de la provincia, el general Ignacio Fotheringam, donde se conservan objetos que testimonian gran parte de la historia formoseña desde su fundación, su evolución política y social, así como las culturas indígenas, las expediciones y sucesos militares.

Foto Jos Gandolfi
Foto: José Gandolfi.

La Casa de la Artesanía, en una zona cercana a la costanera capitalina, es una casona de estilo colonial donde se pueden ver y adquirir artesanías de las tres culturas originarias de raíz guaraní que habitan Formosa la qom, wichí y pilagá.

En una recorrida por la ciudad no se puede dejar de visitar la Costanera, a orillas del río Paraguay, donde los 7 kilómetros de costa que ofrece este paseo, que es el preferido de los formoseños, presenta las más variadas ferias temáticas como las de “mujeres”, del “artesano” y del “emprendedor”.

En ese sector del casco céntrico, en el llamado sector histórico, se encuentra la antigua edificación de San Martin 668, donde funcionaron décadas atrás las oficinas de Vías y Obras del ramal C-25 del Ferrocarril Belgrano, el tren que llegaba desde Salta a la provincia y que hoy se ha transformado en un museo donde se atesora mucha de la historia formoseña que se fue gestando a partir de que el tren comenzara surcar por ese territorio del país.

Foto Jos Gandolfi
Foto: José Gandolfi.

Allí hay una muestra de mobiliario, equipos, herramientas, mapas y testimonios del ferrocarril que puede ser visitada todos los días, de 8 a 12.

Mas allá de los recorridos a los lugares históricos de la ciudad, también durante la estadía se puede visitar “El Camino de los Murales” y el Serpentario en las instalaciones del Regimiento de Infantería de Monte 29, donde se exhibe la herpetofauna de la provincia y tiene visitas guiadas.

El Camino del Irupé es un recorrido náutico que permite conocer la flora y la fauna de riachos y lagunas, mientras en la Laguna Oca se ofrece un safari fotográfico, con avistamiento de aves y en contacto con el agua.

En cuanto al hospedaje los precios varían desde cabañas que rondan los 10 mil pesos por día, hasta un hotel 4 estrellas a orillas del río Paraguay con habitaciones singles de 16 mil pesos hasta cuádruples de 20 mil pesos por días, además de ofrecer paquetes y descuentos de más del 10 por ciento a delegaciones.

Foto Jos Gandolfi
Foto: José Gandolfi.

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